Siempre ha tenido una figura envidiable. Y a sus 51 años está igual de estupenda que en las décadas anteriores de su vida, pero en ese estado físico hay muchos factores que influyen, el primero de ellos el estilo de vida. Makoke lleva un estilo de vida saludable que complementa con ejercicios que la ayudan a mantenerse flexible y en forma.
Al gimnasio, en familia
La propia colaboradora televisiva ha compartido algunos momentos de su entrenamiento diario con el que deja patente que nada es milagroso, que la constancia es la base para mantener lo que la genética nos ha dado. Ha sido en sus redes sociales donde ha hecho partícipes a sus seguidores de unos momentos en el gimnasio, donde ha estado entrenando con la única compañía de su hija, Anita Matamoros.
Precisamente ha sido la joven quien se ha encargado de grabar a su madre mientras entrena. Ataviadas ambas con looks deportivos han estado ejercitándose en el gimnasio, donde hemos visto algunos de los movimientos que integran el entrenamiento de Makoke.
Entrenamientos de dos niveles
Sus ejercicios se componen de dos partes, el cardio y la musculación. Con el primero logra activar la circulación y mover todos los músculos y con el segundo, busca mantener la fuerza y la elasticidad de las distintas zonas del cuerpo para que así la silueta quede tonificada y que no sienta el paso de los años.
Para la parte de los ejercicios cardiovascular se puede realizar cualquier actividad que nos haga movilizar todo el cuerpo, que acelere el ritmo cardiaco y que nos haga romper a sudar. Así, vale correr, montar en bicicleta o remar. Sin embargo, la elección de Makoke parece la más acertada.
Ejercicio menos lesivo
Ella se decanta por la máquina elíptica. Con ella se logra un movimiento parecido al que hacemos al caminar, solo que su movimiento circular y el hecho de llevar soportes también en las manos hace que además movilicemos la musculatura de los brazos y que no haya impacto en las articulaciones. Así evitamos y prevenimos posibles lesiones que sí aparecen con otras actividades cardiovasculares.
Tras el ejercicio cardiovascular, Makoke utiliza unas pesas para trabajar la musculatura de los brazos. Con ellas se puede activar el bíceps, levantando las pesas moviendo solo el antebrazo, o bien todo el hombro y la zona del pectoral. El primero levantando los brazos rectos hacia arriba y la segunda, tumbados en el suelo, con los brazos en cruz apoyados en el suelo, levantándolos con las pesas hacia el cielo, hasta tenerlos colocados encima del pecho.
Ambas partes del entrenamiento, la cardiovascular y la muscular son necesarias para mantener la fuerza y la elasticidad de los músculos, que se va ganando con el tiempo y la repetición de los ejercicios. Por eso la clave no está en darse una paliza un día, sino convertir el ejercicio físico en una parte de nuestro día a día.