En algún momento y en algún lugar leí que aproximadamente el 75% de las mujeres, si tuvieran que elegir solo un producto de los que lleva asiduamente en su bolsa de aseo, escogerían la máscara de pestañas. Esto equivale a tres de cada cuatro de las encuestadas. ¡Un brutalidad! Sin embargo, y aunque me sorprendió este llamativo dato, lo entendí completamente. ¿Por qué? Muy sencillo. Una buena mirada es capaz de enamorar a cualquiera. Y más aún si tiene unas voluminosas y largas pestañas. No recuerdo muy bien de cuándo era esta encuesta, supongo que tendrá su tiempo; pero lo que queda claro es que, ahora las cosas han cambiado un poquito. Todas seguimos queriendo tener unas pestañas kilométricas. Eso es evidente. No obstante, la realidad es que ahora, en lugar de aplicarnos capas y capas de rímel, nos pasamos por nuestro centro de estética favorito y nos ponemos unas buenas extensiones de pestañas. Algo que ha hecho recientemente Irene Rosales y cuyo antes y después nos ha sorprendido gratamente.

El antes y el después de la mirada de Irene Rosales después de ponerse extensiones de pestañas 

La colaboradora Viva la vida acudió hace unos días a Vilsy Lashes, un centro de belleza en Ginés (Sevilla) que ganó el tercer premio del concurso internacional de Xpert Brows y que consigue hacer maravillas en la mirada de cualquiera. Expertos en poner extensiones de pestañas, lograron que las pestañas de la esposa de Kiko Rivera se viesen mucho más abiertas, intensas y largas. ¿El secreto? La técnica clásica que utilizan. Se trata de un tratamiento que, mediante métodos que desconozco por completo, busca alargar las pestañas y darles un aspecto más favorecedor. ¡Y lo consiguen!

No hay más que ver el antes y el después del magnífico tratamiento al que se ha sometido Irene Rosales para darse cuenta. Y es que unas buenas pestañas pueden cambiar totalmente un look y, en esta caso, las extensiones de Vilsy Lashes cambian radicalmente la mirada de la nuera de Isabel Pantoja. ¿Qué os parece a vosotras esta transformación? A mí personalmente me ha dejado con la boca abierta. Y bueno, para qué mentir, también me ha dejado con todas las ganas de pedir cita y de probar cómo quedaría en mis ojos esta sorprendente técnica. ¿Vosotras no os animáis? ¡Podemos ir juntitas y de la mano!