Tenemos una extensa rutina de día y noche para nuestro rostro con un sinfín de pasos que miman en profundidad nuestra cara, pero normalmente dejamos de lado otras zonas importantes de cuidar como es la piel del cuello y escote. Puede que sea por el hecho de que son más "invisibles", que a menudo se nos suele olvidar cuidar la piel del cuello y el escote con los tratamientos específicos que requieren. Habitualmente, lo máximo que hacemos es extender nuestros tratamientos de rostro a esta zona, un grave error, ya que requiere de cuidados específicos diferentes a la de la piel del rostro pasados los 40 años. Hay que tener en cuenta que la piel del cuello y el escote es mucho más fina y además está más expuesta a agentes externos como el sol (ya que los rayos impactan directamente y de manera perpendicular sobre el escote).

En la piel del cuello y escote se refleja el paso de los años

Al igual que ocurre con la piel de las manos, que sino las cuidamos con sus productos específicos y la hidratamos en profundidad, es una de las zonas donde más se refleja el paso de los años con pequeñas arruguitas. Por eso, es importante prestar especial atención a esta zona antes de que sea tarde.  Y es que al ser la piel de estas dos áreas más finas, se deshidratan con más facilidad, lo que termina provocando arrugas. Esto se traduce en que tiene menos glándulas sebáceas y una pequeña proporción de colágeno y elastina, que la hidrata y la sujeta. Además, que es una de las zonas donde aparecen con más facilidad las manchas solares. Por este motivo, los expertos coinciden en que es recomendable extender los cuidados del rostro a estas dos zonas. Y a partir de los 40 años  apostar por las cremas específicas y por los tratamientos estéticos que te ayudan a rejuvenecerlo.

La importancia de masajear la zona

Otra de las claves fundamentales es aplicar la cosmética facial (el ritual completo de limpieza, exfoliación e hidratación) hasta el cuello y escote. La hidratación es fundamental sobre todo cuando empezamos a ver los primeros signos de envejecimiento en la piel. Es muy importante activar la producción de colágeno para dar más flexibilidad a esta zona, por lo que es fundamental masajear la zona cuando nos aplicamos las cremas y tratamientos. Hay que hacerlo de la siguiente manera: hazlo con la mano derecha, desde el mentón en dirección a la oreja izquierda, rodeando así la mandíbula. Seguidamente, baja por el cuello, bordea el hombro izquierdo y finaliza por ese lado del escote. Con la mano izquierda, hazlo de igual manera pero en el lado derecho. Y, a partir de los 40, empieza a usar productos específicos, ya que contienen una mayor concentración de principios activos encaminados a rejuvenecer y reafirmar la piel.