Ojos de gata, de halcón; grandes o pequeños; ojos hundidos o saltones; claros u oscuros, ojos redondos o achinados. Miles de miradas, miles de maneras de personalizarlos con sombras, eye liners, iluminadores y máscaras de pestañas… Pero la belleza de un mirar no solo depende de la bondad de la naturaleza. Los cuidados que se le proporcionen a la piel de los párpados, al contorno ocular, dicen más del mirar que el mejor maquillaje del mundo.
¿Cómo maquillar los ojos?
Además de atendiendo a su forma para agrandarlos, almendrarlos o elevar sus pestañas al infinito (algo que no siempre favorece, de hecho es una moda que está haciendo mucho daño en los ojos maduros), antes de llenarlos de color y abalorios, hay que cuidar su hábitat, su piel.
Lo primero que debes tener en cuenta es lo importante que es tener unos párpados firmes y un contorno sin arrugas profundas. Más que tener, por ejemplo, unas pestañas de infarto. Es esencial cuidar las patas de gallo antes de que se marquen en exceso. De ahí que una mirada joven comience con unos cuidados casi precoces, hacia los 20 años. De ahí que sea tan importante invertir en cosmética preventiva, en protocolos en cabina que aseguren un mirar feliz allá por los 40.
¿Cómo conseguir efectos ópticos para disimular defectos?
Son un fantástico recurso para camuflar defectos y sublimar virtudes. Pero no olvides que para tener una mirada perfecta, más allá de la forma de los ojos que es fácil de enmascarar y corregir, es imprescindible cuidar la piel que los cobija. Combatir la flaccidez, las bolsas y las ojeras. ¿Cómo? Por supuesto con una limpieza exhaustiva, con una cosmética adecuada, un estilo de vida sano.
Es clave, por ejemplo, dormir lo necesario. Y la ayuda de la aparatología en cabina se convierte en un imprescindible, especialmente a partir de una determinada edad. Yo, como profesional, para aliviar ojeras, disminuir bolsas y atenuar patas de gallo, me decanto por el tratamiento con Physia. Se trata de unas microcorrientes especiales que obran milagros desde la primera sesión. En 10 minutos cambian, para bien, hasta el mirar más triste. Después cualquier maquillaje bien diseñado será milagroso.