Lucía Braun, experta en bioterapia corporal, explica la nueva tendencia que arrasa en belleza: "Libera bloqueos emocionales, reduce el estrés y mejora el equilibrio emocional"

En un momento en el que la industria cosmética evoluciona hacia fórmulas más limpias y tratamientos integrales, la bioterapia corporal se posiciona como una de las grandes apuestas de belleza consciente. Representa mucho más que un tratamiento estético al uso: es un recorrido holístico que no solo embellece la piel, sino que también alinea cuerpo, mente y emociones. Su propuesta se basa en liberar bloqueos, activar la circulación linfática y devolver al organismo un equilibrio natural que se traduce en una apariencia más saludable y luminosa.

Lejos de soluciones rápidas y superficiales, este protocolo invita a reconectar con nuestro cuerpo desde una perspectiva mucho más profunda. Pensado especialmente para aquellas personas que sufren retención de líquidos, pesadez en las piernas, acumulación de grasa localizada o cansancio físico y mental, logra un efecto visible y sostenido que va más allá de lo puramente cosmético.

Cada sesión es un ritual sensorial que nos devuelve el poder de cuidarnos desde dentro, con gestos que transforman no solo el cuerpo, sino también nuestra relación con él.

Una metodología que une técnica, energía y conciencia

“Los beneficios clave de la Bioterapia Corporal Origen son: revitalizar la piel, drenar, tratar la celulitis y aliviar tensiones físicas y emocionales. Este tratamiento mejora la circulación, dejando una sensación de ligereza y bienestar. Es ideal tanto para prepararse para el verano como para mantenerlo durante todo el año, ya que es fundamental sentirse bien y ligera en cualquier época”, explica Lucía Braun, formadora de Secretos del Agua.

La clave del éxito es una cuidada sinergia entre técnicas manuales avanzadas, herramientas como ventosas y cepillos, y los exclusivos Remedios Integrativos desarrollados por la firma Secretos del Agua. La clave está en cómo estas técnicas no solo trabajan a nivel físico, sino también energético, proporcionando una sensación real de liberación emocional y ligereza corporal.

La sesión comienza con una fase de apertura destinada a relajar el cuerpo y preparar el terreno para un drenaje más efectivo. Se activan las cadenas linfáticas a través de maniobras suaves y constantes que permiten al cuerpo entrar en un estado receptivo.

A continuación, se aplica un masaje enérgico con productos específicos como aceite corporal, acompañado del uso de ventosas para movilizar grasas acumuladas y reafirmar los tejidos con fórmulas como la Crema Premium Sculptor o la Crema Piernas Ligeras. Todo se integra en un proceso fluido que, al final, desemboca en una sesión de drenaje manual y la aplicación de remedios que trabajan a nivel emocional.

“La fase de "Conexión y Apertura" es crucial porque relaja el cuerpo, activa el sistema linfático y prepara las áreas a tratar. Esta fase inicial es esencial para aperturas y conectar con el cliente para maximizar los efectos del drenaje linfático y las técnicas posteriores, ayudando al cuerpo a estar completamente listo para la transformación que se sigue a continuación”, continúa.

El lenguaje del cuerpo: cuando la piel habla nuestras emociones

Una de las grandes aportaciones de esta bioterapia es su enfoque emocional. El cuerpo, lejos de ser un simple soporte físico, es entendido como un reflejo directo de nuestro estado anímico. “Este tratamiento no solo embellece el cuerpo, sino que también libera bloqueos emocionales, reduce el estrés y mejora el equilibrio emocional, ayudando a la persona a sentirse más relajada y equilibrada emocionalmente. El cuerpo nos habla constantemente a través de síntomas como la retención de líquidos o la celulitis, que pueden estar relacionados con bloqueos emocionales. Aprender a escuchar y comprender estos mensajes es esencial para una transformación completa. El cuerpo siempre nos habla”, afirma.

Muchas personas experimentan una sensación de alivio emocional tras las sesiones, como si el cuerpo hubiera soltado tensiones enquistadas. En este sentido, el tratamiento se convierte en una forma de autocuidado profundo, donde belleza y bienestar caminan de la mano. Es, en definitiva, una manera de tratarnos con respeto, consciencia y atención plena.

“Al tratar también los bloqueos emocionales, el cuerpo puede soltar con más facilidad y, por tanto, mejorar la eficacia de los tratamientos físicos”, confirma la experta. “A diferencia de otros tratamientos, la Bioterapia Corporal Origen no solo trabaja sobre la piel, sino que se enfoca en el bienestar total. El cuerpo tiene memoria celular y cuando se siente en un espacio seguro y con amor, el cuerpo responde liberando bloqueos, y esto hace que a nivel físico el cuerpo tenga una mejor capacidad de drenar”, añade.

Cuidarse también en casa: cómo mantener los efectos de la bioterapia

La experiencia no termina al salir del centro. Para extender los beneficios obtenidos durante la bioterapia, siempre es recomendable construir una rutina de mantenimiento que se adapta a las necesidades de cada persona.

En casos de celulitis o piel de naranja, se recomienda el uso continuado de cremas específicas que, junto con técnicas de automasaje con herramientas de madera, mejoran la circulación y aumentan la absorción de activos. Estas herramientas permiten trabajar el tejido conectivo desde casa, favoreciendo la reafirmación y la remodelación.

Para quienes experimentan retención de líquidos o inflamación frecuente, el protocolo ideal incluye exfoliantes que mejoran la textura de la piel, junto con la aplicación diaria de otras cremas hidratantes, especialmente después de la ducha. La combinación con movimientos circulares ascendentes o el uso de cepillos corporales completa este ritual de autocuidado. Estos gestos diarios permiten prolongar la sensación de ligereza y mantener una piel más suave, uniforme y tonificada.

Una nueva forma de entender la belleza

Más allá de modas y productos, la Bioterapia Corporal Origen propone un nuevo modelo de belleza: consciente, respetuosa y profundamente transformadora. Se trata de un viaje hacia el bienestar real, donde el cuerpo no se moldea desde la exigencia, sino que se cuida desde el reconocimiento y la escucha.

Esta propuesta responde a una necesidad contemporánea: aprender a tratarnos con amabilidad, dejando espacio para lo físico, lo emocional y lo energético. La piel, al final, refleja todo lo que sucede dentro de nosotros. Y cuando armonizamos el interior, la belleza brota de forma natural.