Aceite de arroz, y no estamos hablando de emplearlo en la cocina sino sobre nuestra piel. Es uno de esos ingredientes que está cobrando protagonismo para el cuidado de nuestra piel a pasos agigantados. El aceite de arroz, en concreto de germen de arroz, posee magníficas propiedades. Hasta tal punto que ha empezado a convertirse en un must have. Pero empecemos por el principio, ¿qué es el aceite de germen de arroz?
¿Qué es el Aceite de Germen de Arroz?
El germen de arroz guarda en su interior una delicia para tu piel. Un aceite obtenido de las células madre del arroz de forma totalmente artesanal con su primera presión en frío. Es un aceite seco de rápida absorción que aporta numerosos nutrientes a tu piel gracias a sus potentes propiedades antioxidantes, regeneradoras y reparadoras. Es un aceite sin aditivos, puro y 100% natural.
La Vitamina E, uno de sus principales protagonistas
Indicada como una de las mejores para el tratamiento de la piel. Retrasa el envejecimiento de las células. También combate los radicales libres responsables de la aparición precoz de arrugas. Su acción antioxidante, rejuvenecedora y protectora de los agentes externos la convierten en la mejor aliada para la belleza de tu piel.
También cuenta con la ayuda de la Vitamina B. Reparadora y encargada de controlar la producción de grasa. Se trata de un agente iluminador extraordinario y además participa en la reparación celular y revitaliza el metabolismo.
El caroteno protege del daño solar y la coenzima Q10 te defiende de los radicales libres, responsables del envejecimiento celular. No olvidemos que también contiene Omega 3 y 6 ácidos grasos esenciales para regulan la grasa y restaurar la salud de la piel.
No es de extrañar que su uso diario sea el responsable de lucir un rostro rejuvenecido, luminoso, con manchas difuminadas y una sensación de confort absolutas.