Picar a todas horas o comer fuera de casa varios días nos pueden hacer sufrir hinchazón abdominal. Por suerte, hay algunos consejos infalibles que te ayudarán a sentirte mucho más ligera sin demasiado esfuerzo. ¡Ponlos en práctica ya!
1- Reduce el café que tomas
Tranquila, no estamos diciendo que tengas que renunciar a tu taza de café del desayuno, pero la cafeína deshidrata y, a veces, provoca hinchazón. Por ello lo mejor es alternar el resto de cafés que tomas durante el día con infusiones de hierbas que te ayuden a digerir mejor y desintoxicar. Las de jengibre son excelentes después de comer, y también las diente de león o de regaliz, ya que tienen efectos détox y depurativos.
2- Mastica mínimo 15 veces cada bocado
Esto no es ninguna tontería. Cuando comas debes masticar cada bocado al menos 15 veces para que su contenido en amilasa, la enzima digestiva, empiece a descomponer la comida que tomas. Este gesto es clave para evitar la hinchazón y la acumulación de gases.
3- Disfruta del chocolate
Este es el consejo que más te va a gustar: no te prives de un par de onzas de chocolate al día (eso sí, asegúrate de que contenga más del 80% de cacao). Además de ser un gran alimento antioxidante, sus bacterias beneficiosas se transforman en compuestos antiinflamatorios que alisan la tripa hinchada.
4- Abandona los chicles y mastica hinojo
Los médicos no se cansan de decirlo: masticar chicle supone tragar más aire de lo normal y conduce a la hinchazón. ¿Una alternativa más saludable si no puedes dejar este hábito? Masticar hinojo. Esta planta es rica en magnesio, que relaja y suaviza los músculos intestinales.
5- Date automasajes
Los masajes pueden ayudar a que los músculos intestinales se movilicen, lo que disminuye la sensación de hinchazón al permitir eliminar los gases. Prueba esto: coloca tus manos encima del hueso de la cadera derecha y realiza un suave masaje circular presionando ligeramente. Ve subiendo hasta acercarte al ombligo. Después, haz lo mismo desde el lado izquierdo. Notarás como baja un poco la hinchazón.
6- Sal a caminar
No tienes porqué agobiarte con ir al gimnasio si no te apetece, con caminar ligero durante 40 minutos al día es suficiente para notar cambios en tu cuerpo y sentirte más ligera. También puedes cambiar ciertos hábitos en tu día a día, como bajar una parada antes del autobús, o subir por las escaleras en vez por el ascensor.
7- Un último truco (casi) mágico
Si a pesar de todos estos consejos sigues sintiéndote hinchada, recurre a este truco: toma en ayunas una cucharada de aceite de oliva con unas gotitas de zumo de limón. Su aporte de polifenoles tiene una especial función sobre nuestras bacterias intestinales, alimentándolas y produciendo sustancias que amortiguan la inflamación intestinal.