Desde hace algún tiempo la Reina Letizia prefiere no cambiar de peinado. ¿Por qué? Vamos a intentar entenderlo. En primer lugar se nos ocurre que es una forma inteligente de perdurar en el tiempo: elegir un estilo que te vaya bien y confiar en él a muerte. Algo ajeno al yugo de las ultimísimas modas, intemporal, sin estridencias... Quizás por esto la Reina ahora apenas tiene dos variantes capilares: la melena suelta (con raya al lado generalmente) y la coleta alta. Con ambas opciones está muy favorecida. Pero no siempre fue así, y por eso estamos aquí. Porque entre ambos mundos se oculta todo un arco de posibilidades que ya como Princesa exploró ampliamente. Nuestros archivos no engañan y os lo vamos a demostrar.
En la actualidad tenemos a una Reina más segura de sí misma, con más confianza, más madura también. No necesita hacer experimentos y cambiar constantemente para tratar de complacer. Si miramos a las grandes musas comprobamos que su estilo es eterno precisamente porque su imagen apenas ha variado. Jackie Kennedy, Grace Kelly, la propia Reina Sofía... Ninguna de ellas ha sobresalido por sus cortes radicales o tintes extremos. Y todas han convertido sus peinados en su "marca de la casa". Las aventuras casan mejor en el terreno del artisteo. Y no estamos ahí, ¿verdad?
Eso no quita para que las 'royals' se atrevan de vez en cuando a innovar un poco, ¿por qué no? Pero midiendo los límites. También Letizia lo ha hecho. Ahora presume de una cabellera larga muy bien cuidada (siempre utiliza productos bio para lavársela), de un color castaño oscuro más natural, con mucho brillo, algo capeada en las puntas. Incluso acepta un pequeño mechón de canas que no trata de ocultar. Su pelo está sano y se nota. Su peluquera de toda la vida, Luz Valero, a la que conoce desde sus tiempos en Televisión Española, seguro que tiene mucho que ver en ello.
En el pasado, sin embargo, la Reina Letizia no lo tenía tan claro. Quería gustar, acoplarse a las tendencias o ir a juego con sus estilismos. Eso nos ha dejado un fondo de peinados impagable, en el que encontramos de todo. Diferentes largos, lisos, ondulados, recogidos, volúmenes... Tantos cambios no terminaban de fijar una imagen potente, una idea o un estilo propio, eso tan difícil de lograr. Lo más curioso es que su look insignia sigue siendo aquel corte de cuando presentaba informativos y con el que se presentó en su pedida de mano: una melena capeada con raya al lado, que fue muy imitada en la época. Después se fue perdiendo. A vista de hoy algunos de sus peinados provocan auténtica sorpresa (y horror). Letizia se echaba años con generosidad cuando solo superaba la treintena. No daba en el clavo, no encontraba su sitio.
Dicen aquello de que "todo se cura con el tiempo", y ella es el mejor ejemplo. También la Reina ha sabido simplificar, comprender que el "menos es más" también funciona para su cabeza. Como recordatorio de que cualquier peinado pasado fue peor, aquí os proponemos todo este viaje por la peluquería real...