Los Reyes abordan su segunda jornada de Viaje de Estado en Andorra y han empezado en el colegio español María Moliner, donde se han encontrado con la colectividad educativa española de aquel país. Letizia se ha despojado de las plumas de avestruz de anoche para soltar aire y respirar, porque bonito lo es, pero el corsé está hecho para valientes. Hoy el tono era otro y el atuendo en consonancia. Más cómodo, desde luego.
Y es que se iba a ver las caras con un grupo de escolares a las puertas del cole y no cabían demasiadas formalidades. Lo que ha hecho de la Reina Letizia ha sido un movimiento muy original, renovando un poco sus costumbres respecto a este tipo de estilismos de corte ejecutivo juvenil. Se ha puesto la chaqueta de cuadros de Carolina Herrera, que estrenó el pasado febrero (ya rebajada a 345 euros), pero le ha dado un giro: abotonada y con cinturón ancho negro por encima. Este es de la marca española Möhel (novedad en su vestidor) y cuesta 69 euros rebajado (su precio original era de 95 euros), en piel con grabado de cocodrilo y hebilla forrada. Ya está agotado, por cierto. Marcar cintura está siendo una de sus claves de este viaje. Lo cierto es que reinterpretaba esta prenda de manera muy actual.
Por debajo, unos sencillos pantalones negros tobilleros. Y lo mejor, sus sandalias planas de charol con tira lateral cruzada, de Hugo Boss. Quitarse el corsé y bajarse del tacón... ¡Maravilla! Para terminar de cuajar este look tan pizpireto, Letizia llevaba en la mano un pouch, que no cartera al uso. Es de Uterqüe, en piel con textura y ¿nuevo? No, pero casi, ya que hacía más de un lustro que no lo recuperaba. Melena suelta, pendientes discretos, pero buenos (los de daga de Gold&Roses) y tan campante. Se notaba relajada y a gusto.
UN FULAR CONTRA EL FRÍO
Los niños le pedían con insistencia que se acercara a su sitio el Rey Felipe, y ella ha llamado a su marido, quien al llegar los ha saludado chocando el codo. Poco después, Letizia se ha tenido que poner un fular para cubrirse el cuello y el pecho, porque parece que el fresquito arreciaba... La montaña pirenaica acechaba a su espalda y ella llevaba un escotado top lencero, que asomaba con picardía bajo la chaqueta. También iba sin medias ni calcetines. Nos cuentan que ya casi estaba tiritando de frío. Tanto que para el siguiente compromiso, iglesia de Santa Coloma (para ver los frescos prerrománicos rehabilitados), Letizia ha pasado a mayores y se ha puesto su capa negra de Carolina Herrera.
A las dos de la tarde los Reyes acuden a un almuerzo oficial ofrecido por el Cap de Govern de Andorra. Y posteriormente visitan el Museo Casa d'Areny Plandolit, sobre la vida tradicional andorrana, desde donde pondrán fin a este viaje. Suponemos que aún veremos algún otro cambio de look de la Reina. Todavía no podemos hacer balance total de la maleta de Letizia, pero nos vamos haciendo una idea...