La Reina Letizia culmina la semana con un acto militar de altura: la entrega de la Enseña Nacional, en su modalidad de Estandarte, a la Academia de Aviación del Ejército de Tierra (ACAVIET). Para ello se ha desplazado hasta la Base Coronel Maté, en la localidad madrileña de Colmenar Viejo. Una ceremonia que requería de sobriedad y seriedad en todos los movimientos, para la que Letizia no ha dudado en volver al pasado y recuperar el estilo recio que tenía algo olvidado...
Un vestido-abrigo de tweed centra todo el estilismo. ¡Y además es muy vintage! Vamos, el que llevó en el bautizo de la Princesa Leonor, en enero de 2006. De Felipe Varela, por supuesto. O sea que 15 años lo contemplan. Y se nota...
De líneas clásicas, cuello con solapa, manga larga, recto y ajustado suavemente hasta debajo de la rodilla con una abertura trasera. El bajo hace un extraño, como si se lo hubiera sacado. Raro. El entramado mezcla el blanco roto con un ligero marrón. Una fila de botones lo recorre de arriba a abajo.
En la solapa, prendido el Lazo de la Gran Cruz de la Orden de Carlos III, la más alta distinción honorífica que posee y que le fue concedida tras su boda con Don Felipe en 2004. Lo llevó también el día de la Proclamación, el 19 de junio de 2014.
Es decir, nada nuevo bajo el sol.
Letizia parecía haber dejado atrás estos modelos de 'corte Varela', pero ha visto la ocasión perfecta de revivirlos para un momento castrense que pedía rectitud. Antaño Felipe Varela era el único que le hacía diseños exclusivos a Letizia. Por ello pasó a ser su 'modisto de cabecera'. Pero ya no es así. Este ha sido su regreso al presente del vestidor de la Reina, pero con una pieza del pasado más pasado. Carolina Herrera ha tomado el relevo en las preferencias reales y hace muuucho tiempo que el diseñador no se deja ver con nuevos encargos...
A juego con el leve marrón de la tela, la Reina se ha decidido a combinarlo con unas sandalias destalonadas de piel, con tiras cruzadas en el empeine, de Magrit; y un bolso bicolor blanco y marrón de Carolina Herrera que tiene desde hace unos años. No sé si era el mejor para este vestido. Quizás una cartera de mano hubiera sido una opción más elegante.
Bueno, visto lo visto, parece que lo mejor es... ¡el peinado! Sí, un moñito a media altura, con raya al lado, un mechoncito suelto y elaborado con una trenza bien prieta. Coqueto y favorecedor. Y al menos presta un poco de frescor a un conjunto que quizás se queda un poco desfasado. O es eso, o es que a Letizia ya le hemos visto muchas veces en esta misma tesitura y nos aburrimos... El guiño sentimental lo salva. En definitiva: adecuado, sí; anticuado, también.