Los Premios Princesa de Asturias 2020 han terminado y con ellos una de las grandes citas del año para la Familia Real. Por muchos motivos esta edición ha sido histórica, diferente, emocionante. La pandemia ha obligado a reescribir el cómo, pero no el porqué. De igual manera, en cuanto a lo que nos ocupa en este foro, la Reina Letizia ha dado un giro de 180 grados a sus premisas de estilo habituales. Este ha sido el año de las reglas rotas, de las costumbres olvidadas, de nuevos conceptos y actitudes... Asturias ha sido el fin del camino y la cima de lo que viene practicando desde hace tiempo. ¿Quién es esta nueva Letizia?
Su visita al Principado nos ha dejado cuatro apariciones de Letizia en total. Cuatro versiones de una Reina con un tono distinto, más relajado, quizás menos estrella. Sabemos que cada vez que pisa su tierra natal es un momento importante; allí recibe el cariño de los suyos y ella les corresponde con lo mejor de sí misma. Pero desde que van sus hijas, ha dado un paso atrás para que Leonor y Sofía se luzcan y disfruten de unos días enriquecedores sin ser ella el primer plano constante. Ver a la Princesa debutando en los galardones, dando discursos y comportándose cada vez más como una 'señorita' es otro plus. Eso ha hecho que la Reina esté más pendiente de las adolescentes que de su propia persona. Un comportamiento que también se ha reflejado en su apariencia. Que importa, y mucho.
Letizia se ha vuelto más austera. Lo veníamos comentando en los últimos meses y en Oviedo lo hemos terminado de confirmar. No es algo casual, sino una actitud muy medida. Una estrategia, podríamos decir. La Reina se ha tomado en serio que en estos tiempos sensibles, en medio de una pandemia que está afectando a tantas personas, no se puede brillar con el glamour de Hollywood. También ha entendido que la propia crisis dentro de la Casa Real, con el Rey Juan Carlos fuera de España, investigaciones judiciales en marcha y la monarquía puesta en cuestión por algunos sectores, hay que dar ejemplo. Letizia se ha propuesto trabajar y trabajar, complementando la tarea del Rey Felipe, conocer el día a día de las organizaciones que representa, implicarse en los asuntos en los que se abre un espacio para tender su mano...
Pero decíamos que las apariencias importan, ¡claro! A nadie se le escapa que la Reina Letizia hace mucho tiempo que no estrena ropa. No gasta de su paga anual para modelitos; no invierte, sino que aprovecha su fondo de armario, repite, recicla. Es una tendencia que ya está cundiendo en el mundo. Frente a tanta producción vacía y tanto derroche, un poco más de sentido común. La moda sostenible ha irrumpido con fuerza. Menos y mejor. Las cuatro 'Letizias' de las que os hablamos representan esta nueva manera de entender la moda. La Reina tiene suficientemente cargados los armarios como para encontrar cosas bonitas, elegantes y adecuadas para cada compromiso oficial.
En Asturias los ha revisado (junto a su estilista) para componer estilismos de aquí y de allá. Y con sentido. El abrigo fucsia con el que empezó sus actividades es del asturiano Marcos Luengo. Guiño al diseño local; punto a favor. El vestido floral de Carolina Herrera de la audiencia lo lucía por tercera vez. La marca, como sabemos, es de capital español. Y para la alfombra azul de la ceremonia de entrega de los Premios, ¡oh!, tampoco estrenó, decantándose por el precioso vestido azul Delpozo (de nuevo moda española). Por primera vez en 16 años no desfilaba con un Felipe Varela confeccionado en exclusiva para ella y para ese preciso momento. Tampoco lo hizo en la pasada Fiesta Nacional. En el Pueblo Ejemplar de Somao se 'escondía' con un sencillo y atemporal trench de Hugo Boss. Nada era nuevo. Todo está cambiando y la Reina Letizia, claramente, se está adaptando a las nuevas corrientes.