Los Reyes Felipe y Letizia han viajado hasta Galicia para estar junto a las familias de los 21 marineros fallecidos en el naufragio del Villa de Pitanxo. Allí han presidido un funeral en su memoria, que se ha celebrado en el Templo Novo de Santa María do Porto de Marín (Pontevedra). Una cita para la que la Reina, hablando de estilo, solo tenía una opción: mostrar sus respetos vistiendo de riguroso luto.

La Reina Letizia, de negro luto en el funeral de los marineros gallegos en Marín
Robert Smith.

Negro absoluto, como no podía ser de otro modo. La Reina ha elegido un vestido a la rodilla, de líneas sencilla y sin escote. Es lo que pide la tradición para estas ocasiones. Lo importante más que nada es acompañar a los familiares y arroparlos con cariño por su pérdida.

Los Reyes han llegado al lugar rodeados de las autoridades (entre ellos el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo), pero sobre todo junto a las familias.

Hacía sol en tierras gallegas, por lo que la Reina Letizia ha prescindido de abrigo o chaqueta.

La Reina Letizia, de negro luto en el funeral de los marineros gallegos en Marín
Robert Smith.

El pasado 15 de febrero, el barco pesquero Villa de Pitanxo se hundía a causa de un fuerte temporal en Terranova (Canadá) con 24 tripulantes a bordo, de los cuales solo tres fueron rescatados con vida. Nueve cuerpos fueron recuperados del mar, pero el resto por desgracia aún permanecen en aquellas aguas. Sus Majestades han querido reconfortar a los presentes en estos difíciles momentos.

La ceremonia ha estado oficiada por el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio.

La Reina Letizia se ha decantado por este elegante diseño de Carolina Herrera que ya le habíamos visto anteriormente. En concreto en mayo de 2017 y para otro funeral, el de la Infanta Alicia de Borbón-Parma, en el Palacio Real de Madrid.

La Reina Letizia, de negro luto en el funeral de los marineros gallegos en Marín
Robert Smith.

Lleva el cuello redondo, tirando a barco, va ajustado ligeramente a la figura con pinzas estratégicas y luce una abertura trasera. Todo un clásico 'Little Black Dress'. Su diferencia, en cambio, está en las mangas, que van anudadas por debajo del codo y le dan un aire más sofisticado. En su día costaba alrededor de 2.200 euros.

El resto de elementos del look tenía que ser sencillo por fuerza. Letizia se ha dejado el pelo suelto, brillante, con volumen ondulado en las puntas, como suele hacer últimamente. Unos salones básicos negros de Magrit y pocas joyas.

De pendientes ha escogido los aritos de efecto bambú y hemos visto brillar el anillo de Karen Hallam en su mano...

Que la Reina Letizia haya rescatado este modelo de Carolina Herrera de hace cinco años solo indica lo atemporal de su diseño. Una inversión puede que costosa al principio, pero perfectamente amortizada con el tiempo.