¡Noche de gala! En un año tan complicado como este echamos mucho de menos los eventos de postín, en los que la Reina Letizia puede lucirse a lo grande. Ya sabemos que todo ha cambiado y no están las cosas para frivolidades, pero al menos la entrega del Premio de Periodismo Francisco Cerecedo supone un plus respecto a las habituales reuniones de trabajo. Sin embargo, la Reina ha adquirido unas determinadas costumbres y estas responden a un evidente criterio de austeridad y gasto cero. ¿Qué quiere decir esto? Que sí, Letizia ha vuelto a repetir.
Eso sí, uno de sus vestidos más elegantes, nada menos que de Armani, ajustado de línea lápiz, manga francesa y un volante lateral que sale desde la cintura y recorre una sugerente abertura. Esto ha permitido que su pierna asomase al caminar, dándole un matiz sexy a lo que en realidad es un clásico LBD (Little Black Dress). La pierna, por cierto, muy moldeada, en plena forma. Letizia estrenó este vestido en el concierto previo a los Premios Princesa de Asturias de 2018. Así pues, un modelo que va de fiesta en fiesta.
UNA EDICIÓN DIFERENTE
Los Reyes han acudido al Museo del Prado, donde esta edición ha tenido lugar el galardón, que ha recaído en Vicente Vallés, y en la que además Don Felipe ha pronunciado un discurso como es su costumbre. Las medidas de seguridad a causa de la pandemia han obligado a suspender la cena habitual, pero a cambio han disfrutado de un concierto. Y siempre con la mascarilla por delante. ¿Cuánto hace que no le vemos la cara a Doña Letizia? Mucho, muuuucho. Solo sus ojos y cejas se atisban por encima de la mascarilla quirúrgica.
Esta cuestión ha aligerado considerablemente sus maquillajes, como el de todas nosotras (¿acaso el 'rouge' no os trae complicaciones?), pero tampoco es que salga con la cara lavada. Como decimos, los ojos son el espejo del alma y a ella esta noche se los han resaltado acorde con una noche de glamour. Acompañados de sus grandes pendientes de aro de brillantes, que llevó precisamente en la edición de este galardón de 2018.En cuanto a los demás elementos: cartera nudo de Bottega Veneta y salones de Manolo Blahnik. Grandes firmas de lujo que apoyaban perfectamente a Armani.
El año pasado Letizia dejó muy buen sabor de boca estrenando un vestido midi negro con estampado floral dorado del diseñador belga Dries Van Noten. Nos dejó boquiabiertos, porque lo tenía todo. En esta ocasión también nos gusta, no podemos decir nada en contra de un Armani, ¡por favor!, aunque sí nos ha privado de ese efecto sorpresa.La Reina termina aquí, entre antiguos colegas de profesión, su agenda oficial de la semana. Hemos tenido un poco de todo: un viaje, una reunión de trabajo y una gala periodística rematada con la sofisticación siempre infalible del color negro. Pues no está mal, ¿no?