El Premio de Periodismo Francisco Cerecedo es una de las citas más queridas para la Reina Letizia. No falla a su entrega desde que entró a formar parte de la realeza en 2004, todavía siendo Princesa de Asturias, o sea que ya son muchos años de recuerdos y momentos. Algunos fueron inolvidables y uno en particular permanece como una huella imborrable en nuestra memoria. Sucedió hace tres años, la noche en la que Letizia acaparó todas las miradas y despertó el asombro generalizado. Esta es la historia de aquel "affaire".
Pocos podían imaginar que la Reina se mostrara tan atrevida, cuando lo cierto es que esa noche despertó como nunca su lado 'salvaje'. Se dejó la imagen formal en el armario y sacó un modelito que poco encajaba con los cánones clásicos. Quizás tampoco con los de la elegancia. Un vestido blanco corto compuesto de volantes de gasa y cristales, con tirantes anchos destacados en negro, fue el elegido. ¡En buena hora! No tardaron en surgir comentarios y no precisamente favorables.
Lo firmaba Teresa Helbig, una de las diseñadoras más vanguardistas y modernas dentro de la moda nacional, que ya había vestido a conocidas actrices y celebridades españolas e internacionales. Lo más positivo fue eso, que la Reina Letizia apostaba por el Made in Spain más allá de sus firmas asequibles habituales y conocidas por todas, algo que en cierto modo siempre se le ha reclamado. A partir de aquí, la revolución...
DURAS CRÍTICAS
Que si el vestido era inadecuado, demasiado minifaldero, que si le faltaba un volante, que vaya con llevar brazos y piernas al aire en pleno noviembre, para colmo bronceados y brillantes gracias a las cremas milagrosas, que si una Reina convertida en 'flapper' de los años 20, ¡pues vaya! ¡Qué barbaridad! Sí, Letizia no solo no pasó inadvertida, sino que además fue objeto de los titulares más sorprendidos.
Aquella era una época en la que la Reina se arriesgaba mucho, probaba cosas diferentes y, como es lógico, a veces acertaba y otras se equivocaba. Este modelo podría pertenecer a la categoría de los desastres, sin duda. Más tarde incluso se descubrió que ya lo había lucido una actriz antes, mucho antes, en 2006. La gracia es que se trataba de una niña, ¡una niña! En concreto, Ivana Baquero, protagonista de la película 'El laberinto del fauno', que llevó el vestido en el Festival de Cannes combinado con leggings cortos.
Letizia pasó el trago... y a por lo siguiente. Pero ahí quedó para la historia. Nunca más se ha vuelto a poner este vestido. Esta noche la Reina volverá a cumplir con esta cita periodística y resolveremos la incógnita de su nuevo look. Después de aquello se 'redimió' con dos grandes vestidos, uno de Carolina Herrera en 2018 y otro de Dries Van Noten en 2019. Quizás haya un apartado en el Vestidor para todos esos modelos desafortunados que puede que nunca hubieran debido ser descolgados...