Teníamos todos los ojos y las esperanzas puestas en la Pascua Militar, el primer acto oficial del año para los Reyes y, por tanto, también el primer look para la Reina Letizia en el Año Nuevo. No decepcionó. Además de cumplir con el protocolo (siempre se va de largo), dio un giro interesante a su estilismo, que sin embargo está en perfecta consonancia con las costumbres de estilo que ha ido practicando en este último año tan distinto. Es decir, reciclaje, algún estreno y un punto de relajación-comodidad que apunta a líneas menos 'epatantes' y más modernas. De todo esto hubo ayer en el Palacio Real. Pero sobre todo hubo una blusa, LA BLUSA con la que inauguramos el 2021 y que, en cierto modo, puede que siente las bases de lo que nos espera en los meses venideros.
Para empezar, es moda española. Bien. Una blusa de la firma madrileña Maksu (sí, la misma de la que la Princesa Leonor lució un vestido paisley en una reciente reunión con el patronado de los Premios Princesa de Girona). La describen como un "blusón blanco elegante de seda de alta calidad con cuello caja cerrado y tapeta asimétrica con botones decorativos a contraste. Es una prenda única y atemporal que llama la atención por la especialidad de su patrón y por su tejido". Su precio: 154 euros. Pero si estáis pensando en copiarle a la Reina, olvidaos. Ya está agotada. Ni 24 horas han pasado... (uy, esto me recuerda a una publicidad).
Vemos que la blusa está diseñada más bien para llevar por fuera, por la forma de los bajos, pero Letizia optó por metérsela por dentro de la falda y no desentonaba. Así pues, una pieza original, de diseño muy contemporáneo, sueltecita... Hace unos días os enseñábamos todos los looks que ha lucido Letizia en la Pascua Militar y este rompe claramente con todos. Bueno, excepto por una reminiscencia del pasado: la falda tubo gris de Felipe Varela, que es la que escogió para este evento en 2013 (si no nos equivocamos, como podéis ver más abajo). En gris conjuntaba también sus salones de tira cruzada y la cartera a juego, ambos de Magrit, que tiene en varios colores, siendo estos en un atractivo tono metálico.
Por otro lado, destacamos la mascarilla: un modelo FFP2 (el más recomendable, según los expertos) creado por el CSIC y con el escudo del Gobierno de España en un lado. Nunca hasta ahora la Reina Letizia se había atrevido con una pieza tan personalizada (como mucho de la Cruz Roja o negra en momentos de luto), prefiriendo siempre las de tipo quirúrgico. Nada de mascarillas estampadas o realizadas en tejidos a juego con su estilismos (como acostumbran otras homónimas como Matilde de Bélgica o Máxima de Holanda).
Esto nos conduce a la sobriedad, a la "nueva" sobriedad de la Reina. Llevamos meses glosándola por aquí. Letizia no quiere desviar demasiado la atención, ha bajado un poco el glamour en favor de, digámoslo así, una ética en la vestimenta. Muchos menos estrenos, más reutilización, poniendo en práctica una filosofía de la discreción de estilo que le está viniendo muy bien. Pocas joyas y nada imponentes (llevaba unos pendientes de 2015 y su anillo de Karen Hallam) y la melena suelta con raya al lado. Sencilla, natural y favorecida. Y además comenzamos el año con un "efecto Letizia" en toda regla: aquello que se pone, aquello que se agota en las tiendas. Como inicio no está nada mal, ¿no?