Cuando aún no se habían recuperado de la resaca emocional de la boda de Teresa Urquijo, su familia vuelve a copar titulares. Esto es exactamente lo que les ha sucedido a sus padres, Beatriz Moreno y Lucas Urquijo Fernández de Araoz. Han visto cómo su otro hijo, Juan Urquijo, era uno de los nombres más googleados de las últimas horas.
De la noche a la mañana se convertía en tendencia al descubrirse su relación con Irene Urdangarin, un tsunami que intentan gestionar como pueden. Era Beatriz, la madre de Juan, la primera en ser abordada en plena calle para conocer su reacción. Aunque Beatriz Moreno no está acostumbrada a estar en el foco, lo cierto es que desde hace semanas copa titulares.
Ya sea por el vestido de novia que su hija le tomó prestado o por el outfit escogido para la que ya se ha tildado como "la boda de la primavera". Dos detalles que nos han ayudado a ver su discreción y saber estar ante cualquier situación, aunque poco más se sabe de ella. Es por ello que desde SEMANA hemos querido investigar para conocer su profesión, negocios e hilos familiares.
La madre de Juan Urquijo y, por tanto, suegra de Irene Urdangarin, es una borbón. Se llama Beatriz Moreno y de Borbón y es hija del marqués de Larsena y de la princesa Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma. Un lazo real al que se suma que sus dos bisabuelos fueron Alfonso de Borbón de las Dos Sicilias y Alicia de Borbón-Parma Habsburgo-Lorena.
La madre de Juan Urquijo tiene un negocio de encuadernación
En cuanto a su profesión nada tiene que ver con la de sus hijos. Mientras que Teresa Urquijo estudió Derecho y Administración de Empresas y su hijo Juan ha optado por Ingeniería Agrónoma, ella tiene una empresa de encuadernación en Madrid, donde ejerce de profesora. Ha impartido cursos en la Universidad Complutense de Madrid y promete enamorar a todo aquel que sienta pasión por este arte.
El suegro de Irene Urdangarin: de su profesión a sus lazos reales
Del mismo modo sucede con el padre de Juan Urquijo. Lucas Urquijo Fernández de Araoz estudió en la misma universidad que Felipe VI, en Washington, y ha tenido puestos importantes a lo largo de su carrera. Desde director de comunicación en una farmacéutica a alto ejecutivo en unos grandes almacenes. Un sector que nada tiene que ver con el de su mujer.
Ambos son familiares, por lo que querrán que Irene Urdangarin se integre y haga planes con ellos. Escapadas a las casas que poseen, en definitiva, compartir tiempo con ella. Una hoja de ruta muy habitual en la Familia Real y por la que le vendrá bien conocer datos sobre sus suegros, una parte imprescindible en la vida de su pareja, Juan Urquijo.
El joven de 25 años y su entorno hacen piña. Lo están demostrando una vez tras revelarse todos los detalles de su noviazgo con Irene, el cual están intentando blindar. Prueba de este hermetismo que ni siquiera su madre, Beatriz Moreno, se haya atrevido a romper su silencio ante las cámaras. Ni una palabra sobre el nuevo estado sentimental de su hijo, tampoco sobre todas las informaciones que se ha filtrado sobre esta pareja.
Los caminos de Irene y Juan Urquijo se cruzaron el pasado verano. Se conocían desde niños, pero no ha sido hasta años después cuando ha surgido la chispa. Quien bien les conoce habla de un flechazo entre ellos, un amor a distancia que están disfrutando al máximo. Están convencidos que la tormenta mediática pasará y podrán vivir su relación con normalidad.
Mientras Irene Urdangarin continúa en Camboya, él se encuentra en Madrid. En unos meses podrán reencontrarse y charlar abiertamente de su historia de amor, esa que intentó frenar y silenciar la Infanta Cristina. ¿La razón? El parentesco familiar que une a ambos y que tanto ruido ha hecho en las últimas horas. Son descendientes directos de Alfonso XII y, por tanto, primos terceros.
Este nexo ha sido indiferente para ellos, aunque no debería. Dos psicólogas han analizado los posibles escenarios que una relación con un pariente puede ocasionar y sus conclusiones son sorprendentes. Desde puntos a favor, ya que suelen pertenecer a la misma clase social, como puntos en contra por la presión familiar que puede existir, por ejemplo si hay ruptura.
La pareja bomba sigue mirando hacia adelante. Fue el pasado verano cuando tras mucho tiempo sin verse surgió la chispa, un sentimiento que a día de hoy continúa. A pesar de que sus madres son primas segundas, están felices con el otro.