El diamante es la piedra por excelencia porque simboliza la unión eterna. esta tradición data de 1477, cuando el archiduque Maximiliano de Habsburgo regaló uno a su futura esposa, María de Borgoña. El anillo de compromiso se llevaba en el dedo anular izquierdo, porque una vena que pasa él está conectada directamente al corazón.