El sacerdote más conocido de España ha sufrido un varapalo en lo que a su salud se refiere.
El Padre Ángel está viviendo un inesperado varapalo en lo que a su salud se refiere. A sus 86 años, el sacerdote se encuentra hospitalizado en una clínica de Madrid a consecuencia de una dolencia estomacal. Su ingreso hospitalario que ha hecho saltar las alarmas de todos los rincones del país, sobre todo teniendo en cuenta que el cura se ha convertido en una de las figuras más destacadas dentro de nuestras fronteras.
La fundación Mensajeros de la Paz, de la que el Padre Ángel es uno de los rostros más visibles, ha confirmado esta noticia y ha añadido que se encuentra “en observación” y totalmente fuera de peligro, por lo que no hay motivo de preocupación: “Está de buen ánimo y con ganas de abandonar el centro médico y recuperar su rutina”, han indicado algunas personas pertenecientes a este organismo mientras permanecen a la espera de que el sacerdote reciba el alta médica.
El Padre Ángel, el gran ausente en el funeral de Fernando Fernández Tapias
Ha sido ‘El Español' el medio encargado de hacer pública esta sorprendente noticia que ha hecho que la preocupación por el estado de salud del religioso sea máxima. Ya resultó extraño que el pasado lunes, 13 de noviembre, se convirtiera en uno de los grandes ausentes de la misa funeral por Fernando Fernández Tapias. Los invitados a esta ceremonia esperaban que fuera el Padre Ángel quien oficiara este acto en la Parroquia del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja de Madrid, conocida como la iglesia de Los Jesuitas.
Finalmente, el sacerdote no pudo hacerlo y ahora han salido a relucir los importantes motivos que le han llevado a ausentarse de una cita especialmente destacada en su agenda, sobre todo teniendo en cuenta que gozaba de una estrecha amistad con el fallecido en vida. Es por ello que no tuvo problema alguno en aceptar la petición de su viuda, Nuria González, y ser él quien diera el último adiós al empresario ante los ojos de Dios.
Por ahora, se desconoce cuándo será exactamente cuando el cura reciba el alta y, por ende, pueda retomar sus compromisos profesionales con total normalidad. Algo que anhelan los seres queridos que le acompañan en Mensajeros de la Paz, los cuales valoran día a día la labor benéfica que el religioso realiza de la mano de esta fundación. De hecho, fue él quien la inauguró en 1962 para potenciar la evolución humana y social de las personas más desfavorecidas a nivel social.