El pasado mes de agosto la faena de Andrés Roca Rey en Málaga trascendió de las crónicas taurinas. Al terminar, se dirigió al palco y brindó el toro a la sobrina del rey Felipe, Victoria Federica Marichalar. “Brindo por un futuro juntos”, le dijo. Y aquellas palabras levantaron más polvareda que sus propios capotazos.
En cuestión de horas, el diestro tuvo que matizar que se refería a que brindaba por que la institución que representaba la joven y la fiesta taurina pudieran ir de la mano por muchos años más. Roca Rey conocía bien el apoyo que la monarquía, sobre todo, el rey emérito, ha dado siempre a los toros y sus palabras no fueron más que un agradecimiento, aunque muchos interpretaran en ellas un enamoramiento entre ambos jóvenes que no pasó de una simple admiración mutua.
El desmentido de Sibi
Por primera vez se hablaba de Roca Rey más allá de su faena en la plaza, pero no sería la última. Hace menos de dos meses su nombre se coló en la crisis matrimonial entre Sibi Montes, cuñada de Francisco Rivera, y el empresario Álvaro Sanchís con el que se casó en octubre de 2017. La hermana de Lourdes Montes y el torero comparten amistades en Sevilla y el rumor de un posible 'quelque chose' entre ambos se extendió durante unos días hasta que ella lo desmintió categóricamente.
Pues bien, escándalos aparte, la vida sentimental del torero peruano es mucho más tranquila de lo que pudiera parecer. Su discreción y la sencillez con la que está disfrutando del amor a sus 22 años ha hecho que pase completamente desapercibida su historia con una joven sevillana con la que mantiene una sólida relación desde hace tiempo. La pareja no se esconde -no tiene motivos- y en Gerena, el pueblo sevillano en el que ambos viven es vox populi que el matador que actualmente se postula como el responsable de devolver el esplendor a la fiesta nacional -son muchos los que confían en su joven talento y creen que está a punto de convertirse en el nuevo José Tomás- está enamorado de una joven de su pequeña localidad.
El precio de ser torero
Lo cierto es que la suya no es una relación al uso. A sus 22 años, Andrés Roca Rey es un joven maduro que conoce bien el sacrificio de dejarlo todo para ser torero. Empezando por su familia.
Terminó sus estudios obligatorios para poder dedicarle todo su tiempo al campo, a entrenar y a los toros. Su vida dista mucho de la de cualquier joven de su edad porque siempre ha tenido claro cuáles son sus prioridades, pero en este arduo camino que ha emprendido para convertirse en el mejor torero de España le acompaña Andrea Romero, que es como se llama la joven de Gerena que le ha robado el corazón. Andrea ha entendido lo importante que es para su chico su profesión, comparte sus preocupacones y actualmente es esa pieza clave que ha logrado el equilibrio entre todas esas renuncias y concesiones que ha tenido que hacer él en pro de torear y sus deseos, por otro lado inevitables, de disfrutar de una juventud en la que también puede haber hueco para el amor.