Almudena del Pozo nos abre las puertas de su casa: “Me hubiera encantado ser actriz, como mi padre”

Fuera llueve y el ruido de los coches pasando sobre los charcos de agua es ensordecedor, pero al atravesar el umbral de su hogar todo cambia. Y sí, más que una casa es un hogar porque cada centímetro cuadrado de la vivienda cuenta una historia, la de Almudena del Pozo, la veterana periodista de televisión. Por sus venas corre el cine, su padre es Ángel del Pozo (90), uno de los actores más reconocidos del cine western de nuestro país, y por eso, su gran sueño era convertirse en actriz. Casada desde el 2002 y madre de un joven de 16 años, Almudena nos invita a desayunar, nos enseña su hogar y nos deja que dispongamos de él. Lo de que se puede conocer a una persona según sea su casa, en su caso, es cierto…

¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?
Desde 2002, pero, en el barrio (Almudena vive en uno de los distritos más céntricos de Madrid), llevo desde 1998. Esta zona está llena de vida y eso a mí me encanta. Es una pequeña Nueva York.

¿Porqué te decantaste por esta casa?
Porque había que tirarla entera (risas) y yo soy de hacer las cosas a mi gusto. Obviamente, me encantaba la ubicación y la vista que da a la calle.

¿Te encargaste tú también del diseño de los espacios?
Nos ayudó muchísimo un arquitecto que se llama Juan Artaza. Entendió muy bien el concepto mío y de mi marido, es más, puedo decir que esta ha sido de las primeras casas que se hacían con la cocina abierta al salón. Ahora es de lo más normal, pero cuando nosotros lo llevamos a cabo, nos decían: “¿Y los olores?".

Es una casa hecha a tu medida y que, además, está impregnada de tu personalidad.
Sí, por ejemplo (señala a la pared del comedor), ahí tengo enmarcado el primer libro que se leyó mi padre, Los Miserables. Él lo tenía cómo oro en paño y yo lo tengo más en oro en paño todavía. También nos gusta mucho la fotografía y tenemos obras de varios fotógrafos como Romina Ressia, Ramón Masats o Ricard Ferrer.

¿Y la cocina?
Soy cocinillas, pero una  cocinillas de mentira (risas). Lo que cocino me sale bien, pero porque utilizo todo lo que hay. Es decir, la famosa olla de cocción lenta (risas). De hecho, la parte en la que paso más tiempo es en la cocina.

¿Cómo fue tu niñez siendo hija de uno de los grandes del cine?
De pequeña, tú no te das cuenta de eso. Lo he hecho cuando he sido más mayor. Él estaba todo el día haciendo películas, la gente le paraba por la calle…

Pero no es lo habitual que tu padre sea actor de cine western...
¿Pero para un niño qué es lo normal? Él me descubrió el amor por el cine, me gusta mucho la imagen en todas sus versiones, me encanta la fotografía, no me pierdo una película ni una exposición… Todo eso me lo ha inculcado él, más allá de su trabajo. Cuando yo era niña íbamos todos los fines de semana a ver alguna exposición, la que fuera, o a algún museo.

Almudena del Pozo: "Mi padre dejó el colegio a los siete años y se puso a trabajar en la tienda que tenía mi abuelo"

¿Ves sus películas?
Sí, hace unos tres años le hicieron un homenaje justo después de la pandemia. Él no pudo ir, pero fui yo y vino mi hijo. Y, claro, pusieron una de sus películas en la plaza de Tabernas (Almería), que es un pueblo precioso. Yo no recordaba ya la última vez que había visto una película de mi padre en tamaño cine y mereció la pena. Creo que tenemos mucho que aprender de esa generación, se haya dedicado a lo que se haya dedicado.

Háblame de él.
Mi padre dejó el colegio a los siete años y se puso a trabajar en la tienda que tenía mi abuelo. Estando allí, llegó un productor de cine y le ofreció hacer algo y ahí comenzó un poco todo. A lo que voy es que son generaciones que no han tenido las oportunidades que tenemos nosotros, que han empezado a trabajar desde niños y que han aprendido a base de palos y, a veces, de experiencias.

Esa es la mejor herencia que te ha podido dar...
Sí. Por parte de mi madre, lo mismo. También me han inculcado mi pasión por estar en la calle, porque me gusta mucho la calle y conversar. Soy muy observadora; me encanta mirar a mis compañeros cuando trabajan y decir: "Jo, ¡qué bien lo hacen!". Me gusta muchísimo aprender.

¿Nunca te picó el gusanillo por la actuación?
Bueno, antes de decir que quería ser periodista, dije que quería ser actriz.

Almudena del Pozo: "Rosa Villacastín fue la primera en darme una oportunidad"

¿Y ellos qué te dijeron?
Me dijeron que fenomenal, pero que antes tenía que hacer una carrera (risas). Y elegí la de periodista, que también me apasionaba. Y ya no he salido de ahí.

¿Cómo recuerdas tus inicios en los medios?
La primera entrevista que hice fue al actor y presentador Jesús Puente, cuando presentaba el programa Su media naranja (Telecinco). Luego, cuando ya era licenciada, mis inicios fueron en Informativos Telecinco, de la mano de Pepe Ribagorda, haciendo prácticas. Aprendí un montón. Estaba absolutamente predestinada, porque lo primero que me mandaron cubrir  fue la inauguración de la estatua de cera de Sara Montiel (risas). Después trabajé en un programa de deportes de la misma casa… Eso me dio la oportunidad de encargarme de hacer quinielas con famosos como Ricky Martín o Carmen Sevilla...

Cuentas con una dilatada carrera en el mundo de la televisión ¿Quién fue la primera persona que te dio la oportunidad?
Rosa Villacastín fue la primera en darme una oportunidad retransmitiendo un directo cuando Vicky Martín Berrocal (51) y el torero Manuel Díaz el Cordobés (56) se casaron.

Almudena del Pozo: "La televisión ha evolucionado como la gente ha querido que lo haga"

¿Y quiénes han sido tus grandes maestros?
Yo me siento una privilegiada. He trabajado con muchos de los grandes, que, además, han sido muy humildes. Como los que he nombrado, Pepe Ribagorda y Rosa Villacastín, y también Ana Rosa Quintana, Concha García Campoy, Pedro Piqueras, Juan Ramón Lucas, Isabel Gemio, Mariló Montero, María Teresa Campos…

¿Y cómo ves ahora la televisión?
Ha evolucionado como la gente ha querido que lo haga, porque aquí hacemos las cosas que los espectadores ven o lo que piden. A mí me encanta mi trabajo y la televisión que se hace ahora no es ni mejor ni peor que la de antes, aunque, para mí, es la mejor, porque es lo que estoy viviendo en este momento. Lo de antes queda atrás y se conserva.

Uno de los últimos programas en los que trabajaste fue Así es la vida (Telecinco). ¿Qué recuerdos guardas?
Lo teníamos muy difícil. Era un espacio para el verano que se convirtió en un programa de un año. Trabajábamos gente con perfiles muy diversos y, para mí, fue muy enriquecedor. Ahora en Fiesta no puedo estar más feliz y también en Estando contigo, de Castilla La Mancha, y en Buenos días, Madrid y Juntos, de Telemadrid.

Almudena del Pozo nos revela cual es su personaje favorito del mundo del corazón

De la prensa del corazón, ¿cuál dirías que es tu personaje fetiche?
Junior, pero por debilidad personal y porque me parecía una bellísima persona. En sus últimos años lo pasó mal y a mí siempre me trató, hasta en su día más malo, con un respeto y un cariño brutal. También me gusta mucho Isabel Pantoja en toda su extensión. Creo que es una grandísima desconocida.

¿Qué opinas del conflicto que mantiene con su hija, Isa Pantoja?
Creo que se tienen que sentar y hablar.

¿Y del conflicto entre Bárbara Rey y Ángel Cristo Junior?
Yo siempre voy a defender a una madre. Creo que Bárbara nunca lo tuvo fácil, ha sacado adelante a sus dos hijos en unos tiempos muy complicados para la mujer y con una cosa muy gorda, que ella sufrió en su casa, que fueron malos tratos. Eso, a mí, no se me olvida, pase lo que pase.

¿Qué cosas te hacen disfrutar fuera del trabajo?
Me encanta viajar, siempre que puedo me voy a donde sea. Mi hijo se ha conocido medio planeta conmigo. De Europa, casi todo. Ahora está estudiando fuera de España. Luego, soy muy de planes con amigos, me encanta comer y descubrir restaurantes.

 

Y, para terminar ¿Nunca intentaste desarrollar tu faceta de actriz?
No hice nada, algún corto de pequeña con amigos que estudiaban cine, pero nada más. Me hubiera encantado ser actriz y por eso creo que admiro tanto a los actores y me gusta tanto ir al teatro. Primero, porque lo he mamado en casa y segundo, porque es una profesión que me apasiona, al igual que el periodismo.