La Casa Real de Noruega sigue en el punto de mira, día sí y día también a raíz de todos los escándalos que están saliendo a la luz del hijo mayor de Mette-Marit,Marius Borg Høiby. La prensa del país ha puesto en jaque al Rey Harald, así como a su hijo, el Príncipe Harald, por su actitud ante los cargos que se le imputan al joven. Ahora, es la Princesa heredera la que está contra las cuerdas después de que la hayan pillado yéndose de compras con su primogénito tras su segundo arresto. 

Mette-Marit en su viaje oficial por Noruega

Mette-Marit en su viaje oficial por Noruega

Foto: Gtres

El escándalo no ha llegado a su fin. Los medios noruegos claman al cielo después de ver los movimientos de Mette-Marit después de pedir compresión ante la situación por la que atraviesa su hijo. De hecho, es 'Se Og Hør' quien revela unas imágenes de la Princesa heredera junto al joven pocos días después de que se le detuviera por segunda vez. 

Madre e hijo fueron fotografiados haciendo pequeñas compras en unos grandes almacenes de muebles, donde compraron algunos enseres. Según apunta el diario noruego, en la lista de ítems se encontraba un cubrecolchón

Un plan familiar que ha indignado a la prensa noruega por la actitud que han mostrado en público en medio de los escándalos del joven. "Las imágenes que se publican muestran que el tono entre la Princesa heredera y su hijo sigue siendo jovial. Sonrieron y se rieron durante la jornada de compras. Aparentemente, pasaron un rato muy agradable. Parecían no verse afectados en absoluto por la tormenta mediática", explican. 

Unas contundentes declaraciones con las que ponen de manifiesto el cambio de actitud de Mette-Marit. De hecho, le echan en cara el silencio y la postura que ha tomado después de las muchas ocasiones que los periodistas han pedido una declaración oficial.

La petición que hizo Mette-Marit a los medios de comunicación de Noruega

Mette-Marit y el Príncipe Haakon de Noruega en un jardín de Oslo

Mette-Marit y el Príncipe Haakon de Noruega en un jardín de Oslo

Foto: Gtres

A principios de septiembre, Haakon y Mette-Marit iniciaban su gira oficial por el condado de Trøndelag. Se trataba de su segunda aparición tras acudir a los Juegos Olímpicos de París en medio del escándalo del primer arresto de Marius Borg por agredir a su expareja. En este acto, los Príncipes herederos eran preguntados por el asunto y ambos evitaban contestar.

Eso sí, la madre del joven hacía una sonada petición a los periodistas. "Por respeto a todos los implicados, incluido Marius, no quiero decir nada más sobre ese asunto. Les pido su compresión al respecto, por el momento", decía entonces. Poco después, el propio Haakon hacía lo mismo que su mujer. 

No obstante, en los últimos días, lo cierto es que el matrimonio ha sido puesto en jaque por la prensa después de que se negaran a atender a los medios, a los que previamente habían invitado. De hecho, boicoteaban su trabajo y montaban una barricada con una carretilla para impedir que los periodistas accedieran a la zona de un jardín de Oslo donde ellos se encontraban.

Estos movimientos y la comentada actitud está provocando que los medios noruegos hagan una introspección sobre lo que está ocurrido con la Familia Real. Se están empezando a cuestionar si han protegido en exceso a Marius a lo largo de los años. "Puede que hayamos sido demasiado amables. Me pregunto si no le hemos hecho ningún favor. Si puede haber tenido la experiencia de que las cosas no tienen consecuencias y si se ha convertido en una especie de figura intocable", llegaba a confesar Erik Stephansen, editor político de Nettavisen. 

Mette-Marit, conocedora de la mala vida de su hijo

Mette-Marit junto a su hijo

Mette-Marit junto a su hijo.

Gtres

A lo largo de los últimos días, se han hecho públicos unos comprometedores audios en donde Marius Borg Høiby presume del pacto que hay entre los medios de comunicación y la Casa Real a la hora de no publicar sobre sus idilios con las drogas. En esta conversación, que se produjo antes de que le detuvieran por agredir a su expareja, los dos agentes de policía instaban al joven a que dejara de hacerlo porque se podía hacer público, algo que dejaría en muy mal lugar a su madre y al resto de la Familia Real.

Sin embargo, lejos de mostrar arrepentimiento, y dejando clara su indiferencia, Marius reconocía que no tenía ningún tipo de preocupación porque tenía conocimiento de la existencia de un pacto no escrito por el que jamás iban a hablar de ese asunto en los medios. "No se les permite escribir sobre esto (el asunto de las drogas). Es un acuerdo. No hay nada sobre lo que pensar, no estoy preocupado por eso", se le escucha decir.

También se le escucha presumir de su grupo de amigos, el que no ha cambiado en los últimos diez años y en el que hay personas con antecedentes. Es más, admite que su familia es conocedora de todo lo que pasa en su vida y que no tiene ningún tipo de interés en cambiar. "Así son las cosas. Mis padres lo saben, mis amigos también, no puedo hacer nada al respecto", asevera.