Mette-Marit , la antaño princesa rebelde, la que fuera una princesa 'del pueblo', una madre soltera con un pasado salvaje... cumple hoy 48 años. La Casa Real noruega lo celebra con un nuevo retrato y esta imagen dicen mucho de ella.Se trata de un primer plano de la princesa heredera, posando en un salón de su residencia, en el que mira a cámara con media sonrisa y una expresión natural, aunque algo contraída en la boca. Mette-Marit lleva un maquillaje muy ligero, el pelo suelto y se pueden apreciar las líneas de expresión y el paso del tiempo en su rostro. Luce un top negro con manga abullonada. La luz entra por la ventana e ilumina la estancia de forma muy tenue y no hay filtros que camuflen nada.
Un estilo muy sencillo, acorde con la personalidad de la esposa de Haakon de Noruega, una mujer ajena a poses preparadas y a los artificios. Tanto por fuera como por dentro. Por eso se puede asegurar que Mette-Marit es la princesa más natural de la realeza europea.
Pero ella no necesita de grandes looks, maquillajes o peinados elaborados para destacar, porque durante todo el tiempo que lleva en la monarquía noruega ha logrado lo que al principio parecía imposible: ganarse al pueblo y también a su familia política, especialmente a sus suegros, los reyes Harald y Sonia.
El que siempre confió en ella es su marido, el príncipe heredero y futuro rey, al que conoció en el Festival Quart, en 1999, a través de unos amigos comunes. "La brillante chica del sur me impactó. Se nota cuando Mette entra en una habitación. Hay un poder en ello y no es fácil pasarlo por alto. Parecía muy normal. Me gustaba hablar con ella y me sentía bien cuando estábamos juntos", contaba hace unos días el propio Haakon en una entrevista de la pareja en la radio con motivo de su inminente 20 aniversario de boda.
Cuando Mette-Marit, aquella joven de pelo rubísimo y expresión dulce, enfiló el altar de la catedral del Oslo el 25 de agosto de 2001, mientras se enjugaba las lágrimas ante la mirada de su pequeño hijo Marius, nacido de una relación anterior, todo el mundo supo que nos encontrábamos ante una 'royal' diferente.
Una princesa para los tiempos modernos, que abrió camino a otras jóvenes 'plebeyas', no pertenecientes a la aristocracia o la realeza, que conquistaron a los príncipes europeos del momento y ahora comparten las tareas de la realeza por sus matrimonios. Ella fue el referente para Máxima de Holanda, Mary de Dinamarca y Letizia de España, quienes vendrían después.«Haakon me vio, me entendió, sintió curiosidad y me abrazó. Él se ha vuelto más dulce al estar conmigo», decía la princesa en dicha entrevista radiofónica.
El tiempo les ha dado la razón y ahora están a punto de celebrar sus dos décadas de casados. La pareja tiene dos hijos: la princesa Ingrid Alexandra, de 17 años, y el príncipe Sverre Magnus, de 15. Marius Borg se ha criado con ellos como uno más, algo que Haakon tuvo muy claro desde el principio, aunque carece de derechos dinásticos y no pertenece a la Familia Real.Mette-Marit reconoce que desde que le diagnosticaron la fibrosis pulmonar crónica que padece y la Casa Real anunció que la princesa debería bajar el ritmo para poder reposar, todo ha ido a mejor. Se ha relajado y ya no se 'siente mal' por tener que frenar su agenda oficial. Ahora todo está en orden y eso se refleja en su expresión tranquila y plácida. ¡Felicidades!