Los emperadores de Japón han esperado hasta finales de agosto para iniciar sus vacaciones. Así, cuando casi todos los 'royals' están en la recta final del verano, Naruhito y Masako, acompañados de su única hija, la princesa Aiko, al fin pueden dedicarse unos días lejos de las obligaciones oficiales.
Y para ello han elegido la residencia imperial de Nasu, en la prefectura de Tochigi, a la que no iban desde hace cuatro años. Nada más llegar hemos reparado en el excelente aspecto de la emperatriz, quien como se sabe sufre de depresión desde hace décadas.
La Familia Imperial ha llegado al lugar a bordo de un shinkansen, el popular y efectivo tren bala japonés. Allí han sido recibidos por las autoridades y un buen número de personas que les esperaban con ilusión, a las que han saludado. Los emperadores y su hija lucían mascarillas.
Masako se ha bajado del tren con un impecable conjunto de top y pantalón blancos con una chaqueta azul marino. Su hija llevaba un vestido largo con estampado floral y detalle de volante en el cuello, mucho más clásica que ella.
Después de los tres se han trasladado a la villa de Nasu y, tras descansar un par de horas, han comparecido ante los medios para el posado de verano. La emperatriz Masako se ha cambiado para la ocasión, pero siguiendo con un estilo casual, propio de las vacaciones. ¡Y nos ha encantado!
La dulce y tímida emperatriz, que el próximo 9 de diciembre cumplirá 60 años, lucía un aspecto fantástico. Ya sin mascarilla, sonriente, relajada... Y con un look compuesto por una blusa azul cielo, por fuera y remangada, marcando silueta con un cinturón de piel de serpiente, y unos pantalones anchos blancos.
Además ha optado por recogerse el pelo en un sencillo moño y ponerse unos pendientes largos. Aiko (21), que pese a ser su descendiente no es la heredera al trono, ha preferido continuar con el mismo vestido de su llegada.
El emperador Naruhito ha manifestado su alegría por volver a Nasu, que no visitaban desde agosto de 2019: "Estoy feliz de que los tres hayamos podido venir a disfrutar juntos de la riqueza natural de Nasu". También la princesa Aiko ha pronunciado unas palabras: "Espero refrescarme con toda esta naturaleza".
Masako de Japón ha permanecido en silencio, pero sin perder la sonrisa e incluso haciendo gestos para alabar el precioso entorno verde. La Casa Imperial de Japón reconoció hace casi dos décadas que la entonces princesa padecía esta enfermedad, hablando de un "trastorno de adaptación", lo cual no le ha impedido atender a sus compromisos, aunque con menos visibilidad.
En los últimos años, Masako de Japón ha evidenciado una notable mejoría en su estado, sobre todo tras el ascenso de su marido al Trono del Crisantemo, en mayo de 2019, a causa de la abdicación del emperador Akihito.
Ahora es posible verla en más salidas públicas y participando de la agenda oficial. Sin ir más lejos, el pasado junio acompañó a su esposo a un viaje oficial a Indonesia, que resultó todo un éxito. Desde hoy los emperadores y su hija podrán relajarse en Nasu durante las próximas dos semanas.