Aunque parecía que iba a ser un verano complicado para la Casa Real griega a raíz de la muerte de Constantino II, sus miembros han recibido una muy buena noticia. El Príncipe Pablo, como figura principal de la Familia Real en cuestión, ha sido informado del hallazgo de las joyas perdidas pertenecientes a la Corona. Una serie de piezas que desaparecieron en 1967 y de las que nada volvió a saberse hasta ahora, que podrán volver a formar parte de las arcas de la monarquía helena.

Corona de oro
Corona de oro recuperada por la Familia Real de Grecia. (Foto: @minculturegr Instagram)

El Ministerio de Cultura de Grecia ha sido el encargado de informar de la buena nueva a todos los ciudadanos. Y es que, fue el Gobierno el organismo que descubrió el tesoro que había permanecido en paradero desconocido a lo largo de medio siglo "durante la labor de documentación de bienes culturales" llevada a cabo por diversos funcionarios. Una movilización gracias a la que la corona, el cetro y la espada de oro de Otón I, el primer monarca de los griegos, aparecieron en el antiguo Palacio Real de Tatoi.

La intrahistoria de las joyas perdidas de la Casa Real de Grecia

En este enclave, situado a las afueras de Atenas y en el que descansan los restos mortales del hermano de la Reina Sofía, es donde se ha hallado la corona del que fuera soberano de Grecia. Una joya irrepetible que fue en su día encargada a los orfebres franceses Fossin et Fils por el Rey Luis I de Baviera para su hijo, el entonces Príncipe Otón. Por aquel entonces, probablemente el monarca no podía haber llegado a imaginar que más tarde se convertiría en una pieza que traería un sinfín de polémicas consigo.

Cetro de oro
Cetro de oro recuperado por la Familia Real de Grecia. (Foto: @minculturegr Instagram)

La corona en cuestión fue confeccionada en Chaumet haciendo uso únicamente de oro. Un metal precioso que hacía que creciera de manera exponencial su valor y que se convirtiera en el elemento escogido para que Otón fuera coronado en Grecia en el año 1832. Un reinado que apuntaba a ser tranquilo hasta el 1862, en el que el Rey fue forzado al exilio y optó por llevarse junto a él la corona que tan especial significado tenía para él.

Desde ese momento, el tesoro que ahora ha sido recuperado pasó a formar parte de la casa de Wittelsbach. Pero no fueron custodiadas por la dinastía de Baviera de manera permanente, ya que en 1959 fueron devueltas a la Familia Real griega, la cual hizo uso de ellas en algunas de las citas más importantes a las que acudieron como una recepción por parte de los que fueran reyes, Pablo y Federica de Grecia.

A partir de ahí, este tesoro pasó a estar perfectamente conservado para la posteridad en unas cajas que, hasta ahora, han sido inaccesibles para cualquier persona. Pero lo cierto es que su descubrimiento marca un antes y un después en la historia de la monarquía helena y así lo ha querido reflejar el Príncipe Pablo a través de su cuenta de Instagram al felicitar al Ministerio de Cultura por su impecable labor.

El futuro de la corona, el cetro y la espada helenos

Según ha podido saberse, a partir de ahora las tres joyas pertenecerán a los ciudadanos griegos y serán lo más destacado de la exposición que se ofrece en el salón de trofeos del Parlamento. Una iniciativa aprobada por Lina Mendoni, que como portavoz del ministerio ha asegurado que "su importancia es extraordinaria para el estado griego, independientemente del cambio político que se ha producido". Esto se debe a que la corona, el cetro y la espada "son las primeras insignias oficiales del nuevo estado griego que ofrecen huellas tangibles de su continuidad en el tiempo".