Entre el otoño de 1980, año en que se conoció su relación con Carlos de Inglaterra, y el 31 de julio de 1997, fecha de su trágica muerte, Diana de Gales fue la mujer más fotografiada del mundo. La cámara adoraba a Diana y a lo largo de esos 17 años, algunas de sus fotos fueron también un reflejo de lo que estaba siendo su propia vida, marcada por el desamor y la soledad.
La tímida Diana de los primeros tiempos, terminó dando paso a una mujer más fuerte que siempre puso el amor de sus hijos por encima de sus propios intereses. Las fotos de Diana con Guillermo y Harry, que siguen recordando con adoración a su madre, son un ejemplo de cómo entregó a sus hijos lo mejor de sí misma.
Diana fue también un icono de moda. Millones de mujeres imitaban su forma de peinarse y algunos de sus vestidos marcaron un antes y un después sobre todo en la moda británica. Como ahora sucede con su nuera, Kate Middleton, Diana fue una mina de oro para los diseñadores británicos, especialmente para Catherine Walker, firma que también viste a Kate.
La foto con la que se dio a conocer
Después de varias semanas de rumores sobre una nueva novia del príncipe Carlos de Inglaterra, el 17 de septiembre de 1980 la prensa británica apareció con esta foto de una joven de aspecto tímido que no se había dado cuenta de que la luz transparebtaba sus piernas. Se trataba de lady Diana Spencer, hija del conde Spencer, bien relacionado con la Corona, pues Isabel II había amadrinado a su hijo Charles. La joven tenía 19 aós u trabajaba en la guardería Young England en el selecto barrio londinense de Pimlico. La imagen dio la vuelta al mundo, presagio de lo que después sería su vida.
La novia del siglo XX
El 29 de julio de 1981, lady Diana Spencer se convirtió en SAR la Princesa de Gales tras su boda con el príncipe Carlos. Millonones de personas siguieron el enlace por televisión y las calles del centro de Londes se vieron abarrotadas por una multitud entusiasmada por la boda real. Diana lució un vestido de los diseñadores David y Elisabet Emmanuel que reunieron todo en en el modelo: mangas abullonadas, lazos, bordados... Aunque no figure en la historia de los vestido de novia más elegantes, Diana desprendía romanticismo y frescura y hoy sigue siendo una pieza histórica.
El “dedo chupete”
El 4 de agosto de 1982 se celebró en el palacio de Buckingham el bautizo del príncipe Guillermo, el primgénito de los príncipes de Gales. Durante ceremonia, el neófito rompió a llorar desconsoladamente y Diana solventó la situación utilizando su dedo meñique como improvisado chupete. Una imagen entrañable que mostraba el lado más maternal de Diana.
Diana cumplió su sueño de bailar con John Travolta
Desde que era niña, el ballet era una de las pasiones de Diana.Era una destacada bailarina y no pasaba inadavertido que cuando salían a la pista, era Diana quien llevaba a Carlos. El 9 de noviembre de 1985, se celebró un banquete de Estado en la Casa Blanca que Ronald y Nancy Reagan ofrecieron a los príncipes de Gales. Diana había pedido que John Travolta, su ídolo desde que viera Fiebre del Sábado Noche y Grease, figurase entre los invitados. Fue Nancy Reagan quien discretamente le pidió a Travolta que bailase con la Princesa. Fue el momento mágico de la velada cuando Diana y el actor se quedaron bailando solos en el salón. Diana vio cumplido su sueño de bailar con uno de sus ídolos de juventud. Esa noche, Diana lució un vestido de Victor Edelstein que se incluyó en una subasta benéfica y se pagaron por él 350.000 euros.
El traje Elvis
Diana de Gales fue una de las mujeres que mayor influencia tuvo en el mundo de la moda, sobre todo después de separarse de Carlos en 1992. Se mantuvo fiel a los grandes modistos británicos como Catherine Walker, pero también utilizó modelos de otros diseñadores europeos como Gianni Versace. El 27 de octubre de 1989, en la entrega de los Premios de La Moda, Diana causó sensación con este modelo de Catherine Walker cuajado de perlas que ella misma bautizó como "el vestido Elvis". Desde 2006, el modelo se exhibe en el Victoria&Albert Museum.
Madre cariñosa y entregada
Diana no quiso que sus hijos Guillermo y Harry tuvieran la infancia triste y falta de afectuosidad que habían padecido ella y Carlos. Les dio a sus hijos todos los besos y abrazos que ella no recibió de sus aristocráticos padres y dejó en ellos maravillosos recuerdos que hoy son un auténtico tesoro para los Príncipes.
Sola en el templo del amor
El 14 de febrero de 1992, el año en que se separó de Carlos, Diana vivió su San Valentín más triste y descorazonador. Estaba de viaje oficial en la India y era bligada su visita al legendaria Taj Mahal, conocido también como el templo del amor. La foto de Diana sola y cabizbaja era una expresiva muestra de los malos momentos que aravesaba.
El vestido de la venganza
A finales de junio de 1994, Diana supo que Carlos iba a aparecer en una entrevista en la BBC en la que, entre otras cuestiones, reconocería públicamente que había sido infiel a su esposa con Camilla Parker-Bowles. El 29 de junio, el mismo día en que se emitió la entrevista, Diana apareció deslumbrante en la gala que se celebró en la Serpentine Gallery con un vestido de Cristina Stambolian y el impresionante zafiro de Sri Lanka que había recibido como regalo de bodas y que era una de sus joyas personales más importantes. Diana eclipsó la aparición televisiva de su ex y los medios hablaron de su look como "el vestido de la venganza".
Su lucha solidaria
Tanto durante su matrimonio con Carlos como después de la ruptura, Diana se entregó de lleno a sus labores benéficas y solidarias. Fue el primer personaje en aparecer estrechando la mano y abrazando a un enfermo de sida. El hambre y las consecuencias de las guerras tanto en los Balcanes como en África contaron con su trabajo de ayuda a los más desfavorecidos. El 14 de enero de 1997, Diana viajó a Luanda, en Angola, para sensibilizar al mundo sobre el peligro de las minas antippersona que tantos muertos y heridos, sobre todo entre los niños, habían causado ya.
“Mi matrimonio era cosa de tres”
El 6 de noviembre de 1995, Diana de Gales concedió una histórica entrevisa en la BBC. La Princesa reconoció abiertamente que sufrió depresión postparto tras el nacimiento de su hijo Guillermo y que no encontró apoyo ni en su marido ni en la Familia Real. Diana también reconoció que había utilizado su bulimia para llamar la atención y cuando el periodista le preguntó por su matrimonio, Diana pronunció una frase que ya es historia: "Mi matrimonio era cosas de tres. Y eso es una multitud".
Su último verano
Cuando en julio de 1997 Diana aceptó pasar unas semanas con su nuevo amor, Dodi Al Fayed en el yate familiar Yonikal, la locura mediática rodeó a la pareja, aunque lo cierto es que diana seguía manteniendo su relación de amor-odio con los papparzzi. Esta foto de Diana en pleno crucero por Portofino era un reflejo de que, aunque estaba ilusionada con Dodi, la soledad seguía siendo su compañera de viaje.