Las últimas horas de la reina Isabel II no fueron difíciles para ella. Murió mientras dormía, sin dolor. "Se apagó. Por su avanzada edad. No pudo enterarse de nada", dice el experto en realeza, Robert Hardman. Tras hablar con el secretario privado de la monarca no solo descubrió detalles de su 'muerte dulce', también otras anécdotas como, por ejemplo, cómo vivió su hijo Carlos de Inglaterra su partida. Para él no fue fácil digerirlo y es que su marcha significaba que debía asumir un nuevo rol, el más importante de todos. 

Las dos palabras de Carlos III nada más conocer la muerte de su madre

Según cuenta el cronista real en su último libro, el entonces príncipe de Gales tuvo claro desde el principio a quién quería llamar. Marcó un número, siendo su hijo Guillermo quien descolgó al otro lado del teléfono. "Cuando Carlos llamó a Guillermo a través de la centralita de palacio para darle la noticia, se vio obligado a decirle simplemente 'soy yo', ya que de repente se dio cuenta de que no podía revelar que era rey todavía", dice Hardman. Aún no era oficial.

Las dos batallas que la Familia Real Británica ha librado tras la muerte de Isabel II 

Aunque llevaba décadas preparándose para ese momento, su nuevo cargo venía con algo implícito: la muerte de su madre. Un durísimo golpe del que ya han pasado dos años y al que han seguido otros varapalos, como su enfermedad o la de Kate Middleton. Batallas que ambos han luchado con ahínco y las cuales, a día de hoy, siguen librando. 

Así se enteró Harry del fallecimiento de su abuela

Cabe señalar que Carlos III no solo llamó a su hijo mayor, el príncipe Guillermo, también se puso en contacto con el pequeño. Harry fue la segunda persona a la que quiso comunicar la muerte de Isabel, pero no le fue posible porque él estaba volando dirección Balmoral, donde se encontraba su abuela. Fue justo al bajarse del avión cuando se dio cuenta de que "esta se había ido". "Ahora papá era el Rey", dijo. 

La Reina Isabel II falleció a los 96 años tras más de siete décadas reinando. Si bien había gozado de salud de hierro, en sus últimos días de vida no fue así. Se sintió débil, pero eso no evitó que siguiera trabajando. Por prescripción médica no abandonó Balmoral, donde recibió a varios políticos, quienes meses después confesaron las pistas que Isabel dio de que algo no iba bien.

"Teniendo en cuenta lo enferma que estaba, qué sorprendente fue que fuera tan brillante y estuviera tan concentrada. Ella se puso de pie para saludarme. Claramente no se encontraba muy bien físicamente", dijeron Boris Johnson y Liz Truss. 

Pero no pudo dar el 'do de pecho' en todas sus reuniones y canceló alguna de ellas por consejo médico. A su lado entonces se encontraba su hija, la princesa Ana y el hijo de esta, Peter Phillips, dos personas de su extrema confianza y quienes, además, se encargaron de avisar de su extrema gravedad. 

El mensaje de Harry a Guillermo por el que no obtuvo respuesta

Entre ellos a Carlos III, al que esperaba un helicóptero, quien a su vez advirtió a sus dos hijos. En ese instante, Harry se puso en contacto con su hermano, Guillermo de Inglaterra, con el que apenas ha mantenido contacto en los últimos tiempos. Lo cuenta Harry en sus memorias. "Inmediatamente le envié un mensaje de texto a Guillermo para preguntarle si él y Kate volarían. ¿Si es así cuando? ¿Y cómo? No hubo respuesta". Esto solo evidenció que su relación estaba rota, pues ni la preocupación de su abuela era suficiente para unirles. 

Los últimos minutos de vida de la reina Isabel II

Carlos III pidió a Harry que fuera solo, sin Meghan. No por la tensión que existe entre ellos, sino "para que no hubiera tanta gente en la casa". "Tampoco iba a ir Kate", dice el hijo de Diana de Gales. Esto le relajó, aunque meses más tarde fue cuando se descubrió que Kate no fue por decisión propia. Nadie le prohibió nada, a diferencia de a Meghan Markle, que era una 'persona non grata' en Balmoral. 

Estas decisiones no son las únicas que despiertan curiosidad. También de qué personas estuvo acompañada la reina Isabel II en su último aliento. Al parecer, junto a ella estaba su hija, además de su asistente personal y de un reverendo, que leía su biblia mientras que su luz se apagaba para siempre. Solo unos minutos después de las 3 de la tarde se redactó su parte de defunción, siendo la vejez el motivo de la muerte. "Murió sin dolor"; dicen.